Las viejas historias de siempre

Sidonie, foto de Xavier Mercadé
“Para tocar rock and roll basta con una guitarra y un gilipollas” La frase es de Keith Richards, y puede resultar tan sublime como idiota.


Para hacer rock and roll basta con tener cosas que decir. Y la escena musical catalana de principios de siglo, la de ahora, es de máxima potencia, está que se sale. Muchas bandas y muy buenas.

En este blog, por lo que se refiere a la música de aquí, casi siempre me refiero a los Very Pomelo, un grupo todavía muy desconocido. Es algo que no voy a parar de hacer hasta que la mismísimos Wilco me vengan a pedir de rodillas que se los presente. Pero más allá de mis filiaciones por vía intravenosa, soy fan de casi todas las bandas que actuaron el viernes, día de Sant Jordi, en el Sant Jordi.

Nunca, en la historia de mi historia respecto a la música popular catalana había prodigado tanto afecto y en tan distintas direcciones. Si la música está viva es que algo muy bueno está apunto de suceder. Me lo digo y no paro.

Quería contar lo estirado, barbudo y pasta de gafas que es el público indie y lo que rockanrolé junto a Reyes la noche del Sant Jordi en el Sant Jordi, previa bendición de Jonás, que cada vez que nos ve juntas para salir de fiesta cambia su condición de marido (suyo) por el de madre (de las dos) y nos da consejos. “Tranquilitas, nenas, tranquilitas”, dice el sueco.

¿Pero qué voy a contar de dos mujeres maduras estupendazas y divinas ( ya no tengo abuela) que van a la escena de la que tanto han vivido y se encuentran con unos organizadores que no las conocen, hasta que llega el mismismo jefe del Sant Jordi y entran como reinas madres a camerinos a ver como crece la juventud, a ver cómo se escurren las cinturas quebradas y como se repite la misma historia?

Reyes iba hablando de sus guitarras Gibson, sus producciones y su nueva cía discográfica con los chicos de Sidonie (de estos soy dos veces fan) cuando yo entré en camerino de Love of Lesbian y me hallé al cantante, a Santi Balmes, leyendo un prospecto de pastillas para la garganta.

Viéndole tan sobrado de humo, no pude dejar de recordar la tarde, quince años antes (¿) en que trabajando para una compañía indie, mi amigo Jordi Vives y servidora pusimos la maqueta de su banda y nos gustó tanto lo suyo que los llamamos. Lo único que no nos gustaba era el nombre, pero la música sí, la música; mucho.

Recordé la alegría de aquellos chicos en los primeros encuentros, los agradecimientos (iban a grabar su primer disco) las promesas de fidelidad eterna y toda la parafernalia y en el camerino me dio pena penita pena volver a vivir una historia de engreimiento rockanroll star qué, -por fortuna-, en nuestros lares y en los lares más altos del negocio, se da mas poco que mucho, sin dejar de ser la misma asquerosa historia de siempre.

Hoy he vuelto a Sidonie en mis bafles, para alegrarme la mañana antes de salir de casa y en un lapsus de curro he visitado su página web, en la que Axel Pí, -el flamante batería de la banda- escribe más que bien sus cosas. Las mismas cosas, de siempre, pero con nueva cintura quebrada y mirada particular, lo que me hace ser doble fan de la banda.

Aprovecho el post para modificar la frase de mi amadísimo Keith Richard´s: “Para hacer rock and roll, basta con una guitarra y un tío/a, cuanto menos gilipollas, mejor, para no repetir tristes historias.”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Em sap greu,magda...haviem dormit 3 hores..potser sóc un gilipolles.

Santi

Anónimo dijo...

No ets un gilipollas, ho puc constatar.
A part, és la teva obligació ser simpàtic amb tothom? No, la teva obligació és tocar bé, i suposo que per poder fer-ho, és important la concentració prèvia un concert. I penso que aquesta senyora hauria de saber-ho i respectar-ho.

snow white